Comúnmente cuando pensamos en los grandes esfuerzos de los agricultores para proveer a los colombianos de los deliciosos productos de la canasta familiar, nos referimos al hombre agricultor. Pero más allá de la difícil labor de cultivar y de todas las actividades culturales en los campos colombianos, hay una participación esencial en el desarrollo agrícola del país, el de la mujer.
En los orígenes de la agricultura se enmarca que mientras los hombres hacían los trabajos duros del cultivo, las mujeres cultivaban huertos para el autoconsumo, además de ser las encargadas de educar a sus hijos y realizar los quehaceres del hogar.
Actualmente, las mujeres buscan tener un reconocimiento por todos sus esfuerzos realizados día tras día en los campos colombianos, por ello se profesionalizan en áreas de conocimiento como agronomía y zootecnia.
Desde la Fundación Fomenta hemos aportado en el reconocimiento que cada una de ellas merece, capacitando y certificando a 18 mujeres en el año 2018 en Mecanización Agrícola.
De está manera, siempre agradeceremos a todas aquellas mujeres luchadoras, berracas y agrónomas que buscan un mejor futuro para el campo colombiano.