Los acontecimientos recientes han llenado de incertidumbre a la economía colombiana en general y al sector agropecuario en particular.
El coronavirus está teniendo un efecto importante sobre un sector que es dependiente de mano de obra, a la cual se le están presentando restricciones de movilidad. Muchos trabajadores y operarios no residen en los centros de producción o fincas, sino en pueblos y caseríos cercanos y por salud van a dejar de movilizarse, quien sabe por cuánto tiempo.
Por otra parte, se presentan restricciones de reunión, en muchos casos se hace necesario trabajar con cuadrillas que involucran varias personas que estarán en contacto físico permanente, o se reúnen en casinos o sitios de alimentación, lo cual no es recomendable.
Paralelamente, un desacuerdo en los niveles de producción de petróleo en la OPEP empujó sus precios a la baja desde enero del presente año y ha seguido bajando, es así que entre febrero 19 y marzo 19 del presente año la cotización del petróleo Brent pasó de US$59,39 a US$28,06 lo que significó una disminución de 52,7%. Mientras esto sucedía, el precio del dólar en Colombia pasó de $3.410 el 19 de febrero a $4.132 el 19 de marzo lo que significa un aumento de 21,1%.
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¿Qué significa lo anterior para el sector agropecuario colombiano? Mucha incertidumbre pues nadie puede afirmar con certeza qué va a pasar. Mientras tanto los cultivos exportables, como café, banano, flores, aceite, azúcar, aguacate, entre otros, con un dólar como está podrían estar de plácemes, pero por una parte los compradores deben tener las compras suspendidas esperando que pasa con la demanda por cuenta del coronavirus. Por la otra parte, la mayoría son cultivos industriales que requieren bastante mano de obra, la cual está teniendo restricciones.
Para los cultivos no exportables como arroz, maíz, soya, papa, algunas frutas y hortalizas, entre otros, así como la producción de carnes, leche y huevos, el precio del dólar alto tiene un doble efecto. Por una parte, se mejora la competitividad lo que puede llevar a un aumento en la producción nacional. Por otra parte, se podrían aumentar los costos de producción, pues muchos de los insumos son importados.
Para los cultivos en general, una importante parte de esos insumos importados son agroquímicos y fertilizantes que tienen una participación en los costos de producción, que oscila, aproximadamente, entre 15 y 32%. Estos insumos, específicamente, tienen dependencia del petróleo para su fabricación. Por tanto, precios bajos de este hidrocarburo, debería eventualmente a llevar a una rebaja en precio y por consiguiente en los costos de producción.
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Finalmente, tal como se ve el futuro agropecuario la producción en general, así como la demanda se afectarán con las restricciones impuestas por el coronavirus. Los costos aumentarán para toda la producción, lo cual resultará en un aumento en los precios de venta (inflación), pero no lo suficiente para compensar el aumento de costos, lo que a la larga seguirá afectando la rentabilidad del sector. Para los cultivos exportables podría presentarse una compensación, pues el aumento en costos, se podría compensar con el aumento en el precio del dólar.
Luis Arango Nieto
Presidente de Fomenta
Tomado de: Portafolio