En la década de los 50s, debido al crecimiento demográfico y a la crisis que dejó la segunda guerra mundial, en todo el mundo se comenzó a cuestionar la forma tradicional en la que se realizaba la agricultura y se pensó en lograr satisfacer la demanda de un mercado que se volvía cada vez más competitivo; esto estimuló la optimización en el uso de los recursos naturales, el aumento en el rendimiento de los alimentos cultivados y permitió experimentar con nuevas herramientas y métodos de producción modernos.
Para los años 80s aparecieron las primeras herramientas tecnológicas, entre ellas grandes cortadoras y cosechadoras, las cuales ayudaron a economizar tiempo y dinero a los agricultores y a protegerlos de aquellas labores que podían poner en riesgo su integridad. En los años 90s, los tractores mejoraron las tareas de arado, fumigación y cosecha para lograr así una producción completa en los campos asistiendo la mayoría de labores requeridas durante un ciclo de cultivo. Y con la llegada del siglo XXI las herramientas para analizar las características del suelo, la necesidad de agua o nutrientes y hasta la presencia de plagas o enfermedades, se volvieron más accesibles para los agricultores.
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A lo largo de los años, los avances tecnológicos para la producción agrícola han tenido una evolución muy dinámica, pues, se ha acentuado en las últimas dos décadas con la incursión de la era tecnológica y del Internet, que ha dado lugar a herramientas innovadoras, muchas de las cuales ya están disponibles en la actualidad. Estos son algunos de los ejemplos tecnológicos más recientes que contribuyen en la producción agrícola:
-Vehículos aéreos no tripulados (DRONES): Esta herramienta tecnológica permite caracterizar fácilmente el estado nutricional y fitosanitario de los cultivos mediante la toma de imágenes espectrales aéreas. También, algunos drones especializados pueden realizar labores de aplicación de agro-químicos de manera muy eficiente disminuyendo significativamente la cantidad de agua e insumos aplicados.
-Energías alternativas a los combustibles fósiles: Son una importante herramienta para optimizar el recurso económico, aunque su mayor ventaja radica en la reducción de la contaminación ambiental. En la actualidad existen bombas de riego y secadores de frutos que emplean energía proveniente de la luz solar. Además, las principales empresas productoras de tractores en el mundo han avanzado en los primeros prototipos híbridos y eléctricos.
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-GPS o Sistema de Posicionamiento Global: consiste en una red satélite que permite ubicar por medio de coordenadas cualquier punto dentro de un lote con apenas unos centímetros de error. Esto ha permitido que máquinas como las cosechadoras monitoreen en tiempo real los niveles de producción en puntos específicos de las parcelas, información que luego es empleada para la toma de decisiones y que integrada a un análisis de suelo, puede optimizar labores posteriores como la preparación, la siembra y la aplicación de insumos, economizando así el uso de combustible, aumentando la eficiencia de las labores, y reduciendo costos e impacto medioambientales negativos.
El crecimiento de la nueva tecnología en la industria agrícola, ha hecho que el trabajo en campo sea más eficiente y que su impacto hacia la economía y el bienestar de los agricultores sea positivo.